domingo, 10 de diciembre de 2017

CONOCIENDO LA DIVERSIDAD


La evolución de la sociedad es constante y rápida. 
Cuando observo imágenes de la prehistoria, otras de cuando nací, ..., menos actuales, ..., sinceramente me asusto del constante cambio que sufre nuestra sociedad.
Y, lógicamente, esto lleva a que no podamos obrar de la misma manera ni pensar de la misma manera.
De los años sesenta hasta ahora, ¡parece mentira cuánta evolución!
Y, por ende, las personas ni visten ni piensan ni se manifiestan como entonces.

Hay personas que todavía les cuesta vivir en su presente porque han sido educadas y han recibido los perjuicios con los que han sido formadas.

De la misma manera que cualquier persona ha de adaptarse, formarse, conocer y manejar el complejo mundo de la tecnología que evoluciona a pasos agigantados, de la misma manera ha de aceptar, formarse, conocer y pensar en las diferencias personales.

Desde el nacimiento de la humanidad, con Adán y Eva, se nos ha enseñado la presencia o la existencia de dos sexos: el macho y la hembra. Y dos identidades sexuales: el hombre y la mujer. 
Hoy en día, eso ... ¡pasó a la historia! Sí, como tantas cosas. Como el seiscientos, las diligencias, los corsés ....
Hoy ya no se habla de macho y hembra únicamente. Se habla de que existe una escala de matices que oscila entre ambos términos.

Se manifiesta la homosexualidad como algo natural, como algo normal. También la bisexualidad.
Se habla de parejas homosexuales y de hijos de éstas.

¿Cómo tratar esta realidad si desconocemos o no queremos conocer por los perjuicios sociales inculcados esta diversidad?

Puedo decir en primera persona que entiendo y me pongo en la piel de aquellos que se manifiestan homosexuales porque se han sentido siempre así y no hayan podido manifestarse; pero no puedo comprender aquellas personas que, una vez han tenido pareja e incluso familia, luego tengan otro tipo de orientación sexual.

Por supuesto, cada cual es libre de su orientación y hay que respetarla.
Y tan respetable es la mía, como la de cualquier otra persona. Eso, sí lo tengo muy claro.

Pero una cosa es el respeto y otra muy diferente entenderlo.

Tampoco me considero homófoba puesto que no tengo perjuicios ahora al respecto. Puede gustarme o no, pero no tengo perjuicios.

Y, como maestra,  siento necesidad de aprender sobre la diversidad del alumnado y de sus familias.

Hasta ahora, lo normal, era encontrarse alumnado con familias de papá y mamá. Ahora, ya existen familias monoparentales (una mamá o un papá) y de papás ó mamás.
Lógicamente esto va a generar actitudes de desaprobación entre los que no son como ellos/ellas y llevar a problemas de relación que pueden generar serios problemas traumáticos e incluso de suicidio.


Independientemente de que me guste o no, como profesional, tengo que aprender a manejar estas situaciones. Porque, más tarde o más temprano, estos niños que se consideran fuera de la norma, van a estar junto a los que se consideran dentro de la norma.

¿Acaso dejo de enseñar a un niño o una niña por su raza, religión o creencias? Claro que no. Pues, de la misma manera, necesito conocer bien a esa infancia que la sociedad considera "rara": nacidos/nacidas en vientres de alquiler, de madres/padres homosexuales, ..

En este blog, hay diversidad. Y ello supone desconocimiento. Y la necesidad de conocer y aprender para poder atender a esa sociedad que nada tiene que ver con la que nos contaban los libros de texto ni la que vivimos hace 50 años.

Rosa Mª Villalta Ballester



CONOCIENDO LA DIVERSIDAD

La evolución de la sociedad es constante y rápida.  Cuando observo imágenes de la prehistoria, otras de cuando nací, ..., menos actuales, ...